Los hemos visto en bares y terrazas y no es raro que nos hayamos enamorado de ellos. Un nebulizador es una de las mejores formas de refrescarnos en verano, de un modo sutil, sin mojarnos (demasiado) y manteniendo el fresquito bastante tiempo. Pero, ¿sabías que los puedes comprar también para tu hogar? Si tienes una terraza o jardín, incluso para tu balcón, toma nota de esta idea que te va a mantener fresquito este verano por muy poco dinero.
Cómo usar un nebulizador en la terraza o el jardín de casa
Un nebulizador es un circuito de tubos con boquillas que nebulizan agua, es decir, sueltan gotitas de agua tipo aspersor, en la proporción justa para que te refresque mucho, pero no llegues a sentirte mojado. En casa no necesitamos que tenga una gran potencia, por lo que su funcionamiento es muy sencillo. Puedes comprar un modelo de baja presión, conectarlo a un grifo y listo.
Pero estos aparatos no solo sirven para darte un refrescón rápida en las cálidas noches de verano. También los puedes usar para regar tus plantas (aquellas que no necesiten mucha agua) o simplemente para mantener fresco el ambiente y purificar el aire.
Ten en cuenta que hay distintos tipo de nebulizadores, y su diferencia principal suele radicar en el número de boquillas que trae y en la longitud del tubo. Por ejemplo, los más baratos que hemos visto miden apenas 8 metros y tienen 6 boquillas, por un precio en torno a los 10 euros. Esta es una buena propuesta para un hogar en el que vivan una o dos personas a lo sumo y con un espacio exterior pequeñito.
Si quieres irte a una gama más top, también te podemos recomendar este otro modelo, de la misma marca pero con 20 metros y 24 boquillas.
¿Necesitas más ideas? Mira estos cerramientos de terraza.
Tener una terraza preparada correctamente y con todos los muebles necesarios es estupendo para poder disfrutar adecuadamente de ella. Las terrazas son zonas del hogar cómodas, acogedoras y en las que disfrutar del buen tiempo se convierte en rutina. No hay nada mejor como invitar a los amigos a disfrutar tomando algo y fumando, por ejemplo, una shisha con sabores exóticos. ¡Es un plan veraniego ideal!