El tema de las freidoras de aire ya da para mucho. A estas alturas, ya se han escrito ríos de tinta sobre ellas. Cuáles son los mejores modelos, qué puedes cocinar, cómo aprovecharlas y mucho más, tanto como la imaginación del redactor de turno se haya podido estirar. Hoy quiero darle una vuelta de tuerca más al tema y aunque seguramente no te vaya a descubrir la pólvora, lo cierto es que con esto espero darte una visión más personal sobre la freidora de aire.
Porque si algo nos ha pasado a todos antes de tener una airfryer es que nos ha generado tantas dudas como curiosidad. Todo el mundo parece haberlas encumbrado a casi la categoría de diosas. Y no, las freidoras de aire no son perfectas, pero sí que te pueden ayudar muchísimo. Pero solo si las eliges bien.
Por eso me parece especialmente importante que alguien que ya lleva casi un año con ella te cuente su experiencia en primera persona, para qué la uso y qué es lo que me parece más latazo de ellas. Pero, sobre todo, quiero hablarte a ti, que estás en un punto similar al que yo estuve hace un año, y contarte todo eso que nadie me contó antes de comprarla y que tanto bien me habría hecho.
Lo dicho: no esperes que te descubra la pólvora, pero, oye, si te ayudo yo con eso me quedo más que contenta.
Ni la más vendida ni la más barata: esta es la mejor airfryer para ti
A la hora de comprar algo, solemos guiarnos por agentes externos que no siempre es lo más recomendable en nuestro caso. Tal vez buscamos lo más barato si el presupuesto no nos da para mucho o quizá tiramos a lo más vendido, porque tanta gente no puede estar equivocada.
Pues ni una cosa ni la otra. Lo primero que debes hacer es pararte a pensar (sí, ya sé que con lo rápido que va todo ahora eso de “pararnos a pensar” nos puede parecer incluso una utopía, pero es necesario). Valora cuáles son tus necesidades. No te digo que te hagas una lista de las recetas que más vas a preparar, porque hasta que no la tengas no vas a saber qué usas más en realidad (mírame a mí, que llegué por las patatas fritas y me quedé por la repostería).
Pero sí que sabes más o menos por donde van a ir los tiros, especialmente en tema de tamaño. En las freidoras de aire el tamaño importa. Mucho más de lo que piensas. Ante la duda, caballo grande, ande o ande.
Estos son los consejos que nadie me dio antes de comprar una freidora de aire y que yo sí te quiero dar a ti
Como te decía, hace algo menos de un año que compré la freidora de aire y aunque estoy contenta con este concepto no la uso tanto como debería. Me sigue pareciendo muy práctica, por eso no quiero renunciar a ella, pero sí que quiero cambiarla. ¿Tan pronto? Bueno, si tarde o temprano lo voy a terminar haciendo, mejor ahora y por lo menos disfrutarla.
El consejo que nadie me dio es que no era tan importante fijarme en la marca o en lo mucho que ocupa. Estas dos cosas eran muy importantes para mí. La marca, porque en cierto modo me “aseguraba” un buen desempeño; las dimensiones, porque no tengo mucho espacio libre en mi cocina. Ese fue el motivo por el que opté por una Taurus de 3,5 litros.
La importancia del tamaño
Sobre la marca no tengo nada que cuestionarle. Al contrario, el funcionamiento es impecable y de potencia va sobrada. Se limpia fácil y el antiadherente es una maravilla. Pero fallé en lo segundo, en el tamaño. Ahora, con la pespectiva que te da el tiempo, te aconsejo que si encuentras hueco para una de 3,5 litros lo vas a encontrar también para una de 6 litros (por poner un ejemplo). Es un armatoste igual y la diferencia de capacidad para preparar tu comida sí que lo vas a notar.
Y quizá pienses, si solo somos dos personas en casa, con una de 3,5 litros me bastará, ¿no? Bueno… depende. Para preparar un par de porciones de tartas de queso indiviuales sí que tienes suficiente. Para unas cuantas patatas fritas, también. Pero este tipo de freidoras de aire más compactas son muy incómodas a la hora de cocinar en ellas. Toda la comida queda amontonada y como un día quieras preparar algo un poco más voluminoso, estás fastidiado. Te limita mucho un tamaño pequeño, así que elige algo un poquito más grande si quieres sacarle partido de verdad.
Todo se prepara (casi) igual
Otro consejo que me hubiera gustado escuchar es que la variedad de recetas es casi infinita, pero al final todo se prepara igual. He llegado a poner los mismos ajustes para hacer un mini bizcocho que para unas alitas de pollo. Así que a la hora de buscar recetas, más que encontrar la fórmula mágica para cocinar busca opciones para desbloquear tu imaginación. De verdad, las posibilidades son inmensas y con el clásico de tiras de pollo con patatas no llegas ni al 0,000001% de lo que puedes hacer con ella. Yo también caí en el error de comprarla pensando en hacer practicamente solo esto y al final las recetas que más preparo son otras (albóndigas, morcillas y tarta de queso están en mi Top 3. ¿Quién me iba a decir a mí que iba a usarla para hacer cheesecakes?).
La importancia del antiadherente no es solo cuestión de sartenes
Otro punto MUY importante es que sea una freidora fácil de limpiar. Invierte en un buen antiadherente, por favor. Yo al principio comencé cocinando directamente sobre el cestillo, dicen que es lo mejor para que circule el aire, pero aquí agradecía enormemente el buen antiadherente, ya que de otro modo habría sido un auténtico latazo, porque al final se puede quedar pegado, escurrir… Ahora lo que hago es usar moldes de silicona o las típicas cestitas de papel vegetal porque me resulta muchísimo más cómodo y aunque la leyenda urbana dice que el aire no circula igual de bien y que los alimentos no se cocinan perfectamente, yo no he notado diferencias.
No es ponerla y olvidarte
Otra leyenda urbana de este tipo de electrodomésticos es que “metes los alimentos y te olvidas”. Sí, pero no. No es exactamente así. Lo que nadie me contó, pero yo sí quiero compartir contigo, es que vas a tener que estar relativamente pendiente, porque es un poco lotería en algunos casos. Depende de si hoy has partido las patatas más grandes o más pequeñas, por ejemplo, vas a necesitar darle más vueltas o ponerlas menos tiempo o darle más potencia… Así que mi consejo es que cada cierto tiempo (que puede ser cada dos minutos si la receta es rápida o cada diez si tarda más) vas a tener que asomarte a ver cómo va tu creación. Como ves, tan milagrosa no es.
La freidora de aire es como un pequeño horno, ¿mito o realidad?
Recuerdo cuando un día estaba mirando freidoras de aire que una amiga me dijo “no te la compres, hacen lo mismo que un horno”. Y la verdad es que esa frase se me quedó grabada porque fue la primera vez que alguien me decía algo negativo de estas airfryers, las todopoderosas y omnipresentes en las wishlists de todo el mundo.
Cabezona yo, no cejé en mi empeño de hacerme con una, aunque se me quedó la mosca detrás de la oreja. Y una vez que la tuve en mi cocina me dispuse a comprobar si era cierto. Y sí, mi amiga llevaba razón en la segunda parte de su oración. No me arrepentí de comprarla, pero sí que es cierto que las freidoras de aire son como hornos, pero con un tamaño más reducido y con un tiempo de preparación más rápido (principalmente porque el volumen interior y el tamaño de los alimentos son más pequeños).
Esto no es negativo, al contrario, a mí me gusta mucho cocinar en el horno, pero me da mucha pereza el tiempo que necesita para precalentar, limpiarlo despues… Y todo esto son inconvenientes que no tienen las freidoras de aire.
Accesorios sí o accesorios no, ¿merece la pena invertir en ellos?
Antes de comprar la airfryer nadie me contó que tener un buen surtido de accesorios también podía marcar la diferencia a la hora de utilizarla. Al contrario, si escuché algo sobre ellos fue demonizándolos. Injustamente, por cierto.
Ojalá alguien me hubiese contado que si compraba antes el papel vegetal, los mini tarros de barro o el molde redondo de silicona me iba a lanzar a utilizarla más. Hay muchas opciones y la lógica que aplica para saber que recipientes se pueden usar en la freidora de aire es, en resumen, que te sirven los mismos que para el horno. De todos modos, en ese artículo que te acabo de enlazar puedes leer más en profundidad sobre el tema.
Así que sí, yo te recomiendo que junto con tu airfryer compres también algunos accesorios para poder sacarle más partido a tus recetas. Eso sí, ten en cuenta cuál es tu modelo para aprovechar los que sean compatibles. Si quieres más variedad y más económica, en Aliexpress hay un montón de opciones. Mide el diámetro interior de tu cestillo y busca por medidas.
Aquí te dejo algunas opciones:
¿Cuándo utilizo la freidora de aire, la placa de inducción, el microondas o el horno?
Hay muchas formas de cocinar y por suerte tenemos muchas opciones. En mi caso, para el día a día utilizo estas cuatro opciones y lo cierto es que aunque la freidora de aire me ha gustado mucho y en mi casa sí se le saca mucho partido, no renunciaría a ninguna de las otras posibilidades. ¿Podríamos cocinar única y exclusivamente con la airfryer? Hombre, por poder claro que podrías… pero no llegarías a todo. Y lo mismo pasa con el resto de electrodomésticos. Al final, lo ideal es tener la suma de todos ellos para aprovechar de cada uno sus mejores ventajas.
Si tengo mucha prisa, no quiero ensuciar mucho o voy a cocinar algo muy sencillo (como un par de filetes de pescado), el microondas con un Lekue es más que suficiente. Si nunca lo has probado, te diré que es mi forma favorita de preparar los lomos de salmón y la merluza, ya que los tengo hechos en solo dos minutos y sin tener que cocinar ni ensuciar nada. Más fácil imposible.
En el caso contrario, si no me importa invertir tiempo pero necesito preparar mucha cantidad de comida (como una lasaña grande, una pieza de carne contundente…) el horno es el mejor aliado, porque gracias a su volumen te permite cocinar para muchos (muchos días o muchas personas, al gusto).
Sí es cierto que para el día a día lo más fácil es usar la placa de inducción, ya que te permite preparar casi cualquier receta, aunque los que somos algo patosos en los fogones digamos que es lo que necesita que pongamos más de nuestra parte (que levante la mano a quien nunca se le haya pasado la carne o se le haya pegado algo en la sartén). Si tuviera que elegir solo un electrodoméstico, escogería la placa de inducción precisamente por esta versatilidad, aunque en el fondo sea la que menos me gusta usar porque no me gusta cocinar.
Y por último, para comer fácil y sano, la freidora de aire te quita muchísimo trabajo. No te recomiendo que te vayas muy lejos, ya que en la mayoría de modelos vas a tener que estar vigilando que no se te pase o dándole la vuelta a ciertos alimentos, pero los resultados suelen ser bastante satisfactorios y es un método rápido y sin grasas añadidas.
En resumen: la freidora de aire no es ni ángel ni demonio
Ni hay que descartar su compra ni colocarla en el Olimpio de los dioses. La freidora de aire es un electrodoméstico más, con sus ventajas y sus inconvenientes. A mí, personalmente, sí me merece la pena tenerla en la cocina y seguramente también a ti, pero lo importante es saber qué puedes esperar de ella para no hacerte unas expectativas que luego no se puedan cumplir.