Que los productos de alimentación han subido su precio en los últimos años, es algo que a estas alturas nadie duda. El carrito de la compra se ha encarecido (para muchas familias, de manera alarmante) y parece que incluso estar al día de los supermercados más baratos no es tampoco una solución para las economías domésticas. Pero, ¿lo estamos notando también ahora que ha llegado la época navideña? Rotundamente, sí. Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) han publicado el estudio de los precios de alimentos navideños (langostinos, cordero, pavo, jamón…) y han encontrado datos muy interesantes sobre la cesta de la compra navideña.
Este nos parece un estudio que merece la pena conocer y por eso nos hacemos eco de él. ¿Cómo lo llevan a cabo? Para esta muestra, toman 16 productos típicos de Navidad y sus posibles sustitutos: cordero lechal para asar por cuartos, redondo de ternera, pularda, pavo, jamón ibérico de cebo al corte (50%), lombarda, piña, granada, besugo, lubina de acuicultura, merluza al corte, angulas, langostinos cocidos no congelados (calibre 40/60), percebes gallegos, almejas babosas y ostras (docena). Solo tienen en cuenta productos frescos, por lo que quedan excluidos de este estudio otros productos muy típicos, como turrones, polvorones, mazapanes, bombones, etc.
Este año han tomado como muestra los precios de siete ciudades (Albacete, Barcelona, Bilbao, Madrid, Málaga, Sevilla y Valencia), representando varios supermercados, hipermercados, grandes almacenes y mercados municipales (Carrefour, Mercadona, El Corte Inglés, Alcampo, Hipercor, Caprabo, Condis, Bon Preu, Ahorramás, Sánchez Romero, BM, Carrefour Market, Eroski, MAS, El Jamón, Consum, Family Cash, Mercado Maravillas, Mercado La Boquería, Mercado Sant Antoni, Mercado La Ribera, Mercado Triana, Mercado de Villacerrada, Mercado Central Málaga y Mercado Central Valencia.
La muestra de los precios se realiza en tres momentos diferentes, para comprobar su evolución: a finales de noviembre, después del Puente de la Constitución y en la víspera de las fiestas. Con estos datos, se pueden observar cambios en el precio de los productos a lo largo de la previa navideña, además de compararlo con los nueve años anteriores (este Observatorio se viene realizando desde 2015, por lo que los datos que se comparan son los que se han recogido con los mismos criterios).
2024 es el año más caro para la cesta de la compra navideña
En la primera toma de precios de los típicos productos de la cesta de la compra navideña encontramos que la media en conjunto muestra un encarecimiento del precio del 5% respecto a 2023. Lo cierto es que no es una cifra significativa, pero sí pone sobre la mesa el sostenido encarecimiento de la vida (y de la alimentación en concreto).
Si hacemos zoom a los datos de este Observatorio de la OCU, vemos que hay productos en máximos históricos: el cordero, el besugo, el redondo de ternera, la granada, la lombarda y la piña. Respecto a 2023, el crecimiento más caro es el de las ostras (19%), el cordero (16%) y la granada (17%). Por su parte, han bajado su precio las almejas, la pularda y el pavo.
Estamos pagando un 50% más por nuestros alimentos de Navidad que en 2015
Llevamos varios años viviendo un aumento de los precios de los alimentos y, aunque la situación empieza a relajarse, todavía no hemos recuperado el nivel de precios de hace unos años. Al contrario, y aunque la subida de 2024 respecto al año pasado no es alarmante, vemos que este año tenemos los precios más caros desde 2015.
OCU ha publicado una interesante tabla con la evolución de los precios año por año desde 2015 y sin duda aquí sí que vemos datos para echarse a llorar. La subida media de los precios es del 49,6% en el período entre 2015 y 2024.
El besugo ha subido un 204%, las almejas un 77%, el cordero lechal un 73%, las ostras un 62% y los percebes gallegos un 60%. Son los cinco grupos de alimentos frescos de la cesta navideña que más subida han experimentado. Por su parte, sí que tenemos algunas disminuciones del precio entre 2015 y 2024: a decir verdad, tan solo un alimento ha bajado de precio. Se trata de la pularda que ha recortado un discreto 3%, pasando de un precio medio de 8,85 euros a 8,61 euros. Los langostinos también han vivido un aumento del precio muy contenido y este año, respecto a hace nueve, apenas pagamos de media 0,41 euros más. ¿Suficiente? Teniendo en cuenta el resto de precios, desde luego no lo es.
¿Merece la pena comprar con antelación y congelar estos alimentos frescos?
Depende. Como en todo, hay alimentos que sí que merece la pena congelar (si lo permiten) y otros que no. Son los pescados y mariscos aquellos que suelen encarecer más su precio ante este primer observatorio un mes antes y aquel que se realiza en la previa a las fiestas grandes. A falta de tener estos datos completos para 2024, la situación más preocupante no recae en si suben los precios solo de manera puntual por esos picos de demanda, si no que, de nuevo, somos conscientes con estos datos de cómo se está encareciendo la compra media.
Sabemos que es necesario comer sano, equilibrado y variado. Sin embargo, los precios no acompañan y tratar de mantener una alimentación saludable es cada vez más complicado para el bolsillo. En épocas como la Navidad, en las que parece que todo gira en torno a la mesa, estas subidas constantes de precios puede suponer un verdadero problema para algunos hogares.
Optar por alimentos congelados o comprarlos con la suficiente antelación puede ser una buena manera de ahorrar en el conjunto de la cesta de la compra. Las marcas blancas para determinados productos, como los turrones o los polvorones, también pueden ser grandes aliados a la hora de recortar este presupuesto. Pero, sobre todo, comprar con cabeza. Son fechas en las que luego pasamos varios días comiendo de las sobras, ¿y si empezamos a ajustar más el menú para evitar este desperdicio alimentario?
