Como si fuera la solución a todos nuestros problemas, el Gobierno aprobó el martes 25 de junio un nuevo decreto con el objetivo de frenar la aceleración de los precios causada por las tensiones geopolíticas de la guerra de Ucrania. Con esta medida, se mantienen las “ayudas” en la cesta de la compra, pero introduciendo ahora un nuevo protagonista: el aceite de oliva. Desde el 1 de julio, la bajada del IVA del aceite de oliva (junto con otros productos) debería reducir su precio. Sin embargo, no todo es tan sencillo y en este caso 1 + 1 no suman 2. Te cuento por qué.
0%: Esta es la bajada del IVA del aceite de oliva
A partir del 1 de julio, el IVA del aceite de oliva será del 0%. Es decir, no habrá que pagar nada en concepto de este impuesto por el valor añadido de forma temporal. De momento, no se ha aclarado hasta cuando estará vigente esta medida, pero sin duda se agradece que existan estas “buenas intenciones” y, en cualquier caso, puede ser prorrogable.
Aunque la inclusión del aceite de oliva ha sido la gran protagonista de este nuevo decreto, lo cierto es que se incluye también el 0% de IVA para otros grupos de alimentos básicos: frutas, leche, pan, harina, quesos, huevos, verduras, legumbres, tubérculos, hortalizas y cereales. Además, pastas y otros tipos de aceites se reducen al 5% de IVA.
En el caso del aceite de oliva, la rebaja debería estar en torno a los 50 céntimos por litro.
El problema no es el IVA: el problema es pagar el aceite de oliva a precio de oro
Me da casi cierta nostalgia cuando hablábamos del aceite de oliva como oro líquido, una denominación preciosa que, sin embargo, se ha convertido en una realidad. El precio del aceite se ha disparado en los últimos años. En 2019, el precio del aceite de oliva por litro era de unos 4 euros. Ahora, en 2024, hemos normalizado pagar 10 euros por un litro de aceite de oliva virgen extra. Y de marca blanca, no vayamos a derrochar. Y, según el último análisis de FACUA, el precio medio de un litro de AOVE es de 13,45 euros. ¿Estamos locos?
El mercado manda y todos los supermercados tienen un precio similar (euro arriba, euro abajo; céntimo arriba, céntimo abajo), por lo que esa reducción de 50 céntimos en el precio está muy bien, se agradece, pero no es suficiente.
Nuestro objetivo como consumidores debería ser el de perseguir una bajada en el precio del producto, no solo en los impuestos. Además, este anuncio de la bajada del IVA del aceite de oliva no termino de ver que sea especialmente beneficioso, ya que se está vendiendo la medida casi como una oportunidad de oro (nunca mejor dicho) para comprar este producto básico, por lo que al aumentar la demanda… ya sabemos lo que puede pasar.
A pesar de la bajada del IVA del aceite de oliva, sigue más caro que en otros países de Europa
España es el principal productor europeo en aceite de oliva e históricamente aquí tenemos nuestra dieta basada en él. Cocinamos con él, aliñamos las ensaladas sin medir, lo tenemos perfectamente integrado en nuestro día a día… Una situación que desde Europa siempre ha sido motivo de “envidia”, ya que más al norte lo habitual es cocinar con margarinas, mantequillas y, en el mejor de los casos, aceite de girasol.
Sin embargo, me resultan muy interesantes estos datos ofrecidos por OCU, en los que se muestra cómo el precio del aceite de oliva ya es más baratos en algunos países europeos que en España. En septiembre de 2023, cuando se publicó esta comparativa, el precio medio por litro del aceite de oliva de marca blanca en Portugal era de 6,86 euros, en Francia de 7,52 euros, en Italia de 8,21 euros y en España de 8,72 euros.
Esto supone que en España el precio medio del aceite de oliva virgen extra es un 27% más caro que en Portugal, siendo este también aceite de producción y origen español.
Entonces, ¿realmente el problema es una cuestión de impuestos? Me cuesta creerlo. Y a FACUA también. De hecho, son muy interesantes del declaraciones que realizó Rubén Sánchez, secretario general de FACUA-Consumidores en Acción, en el programa Tiempo al Tiempo, de Cuatro: “Con la eliminación del IVA al aceite hacen creer que ayudan al consumidor pero a quien lo hacen es al especulador”. Además, también desde FACUA apuntan a que esta supresión del IVA podría favorecer la inflación de los precios.
Parece que nos encontramos en un callejón sin salida y que, una vez más, el consumidor es el gran perdedor. El encarecimiento de la lista de la compra está poniendo en serios aprietos a muchas familias, ni siquiera a aquellas categorizadas históricamente como “vulnerables”. Comprar aceite de oliva se ha convertido en una decisión de compra que hay que meditar o, al menos, hay que tratar de optimizarla lo mejor posible. De hecho, incluso muchas personas se plantean si se puede cocinar sin aceite. En este sentido, las freidoras de aire han ayudado muchísimo a preparar nuestra comida con un esfuerzo mínimo y ahorrando en aceite de oliva, que viendo cómo está el panorama sin duda es una gran ventaja que hay que aprovechar a nuestro favor.
Los supermercados online pueden ser una gran ayuda, ya que nos permiten comparar precios desde casa de una forma muy cómoda y, con esta información, hacer nuestra compra a distancia si te sientes cómodo con este método (a mí me parece comodísimo y lo llevo haciendo desde hace una década, cuando había poquísimas opciones) o acudir con la lista de la compra a las grandes superficies de forma presencial, pero al menos ya sabiendo qué precios te vas a encontrar y con la ventaja de que, con la información en la mano, todos somos un poquito más poderosos.
