Seguramente has oído hablar de ellas, pero lo cierto es que es un producto que no termina de encajar bien en el mercado. ¿Son las cafeteras portátiles la solución definitiva para poder hacernos café en cualquier lugar? Sí y no. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) han hecho un estudio para valorar si son una buena compra o si, por el contrario, es mejor que las dejemos pasar de momento. Spoiler: no salen muy bien paradas.
Qué son las cafeteras portátiles y cómo funcionan
Como su propio nombre indica, se trata de máquinas para preparar el café en cualquier lugar. No necesitan estar conectadas, funcionan a pilas o baterías y su uso es muy simple: simplemente tendrás que añadir agua, se inserta la cápsula o el café molido (según lo que admita cada cafetera) y darle al botón. Listo.
Cualquiera puede utilizarlas, son muy sencillas de usar. Eso sí, ¿compensan respecto a llevar el termo con el café hecho desde casa? Depende del tiempo que vayas a estar fuera.
¿Merecen la pena?
En este estudio que ha hecho la OCU, estas cafeteras no parecen ser una compra inteligente, al menos por ahora, hasta que no mejoren más. Entre las desventajas que señalan, se apuntan el peso de la propia máquina, el tiempo que tardan en calentar el agua (las que lo hacen) y la escasa capacidad. El sabor del café es aceptable, aunque aquí depende más de la cápsula o el tipo de café que utilices.
Pero no todo es malo, claro. Las principales ventajas son la facilidad de uso y sobre todo la posibilidad de poder hacerte café en cualquier lugar y en cualquier momento, sin depender de tener conexión eléctrica o tener que llevar contigo una cafetera grande como la que seguro tienes en casa.
Vía | OCU
