Entre los distintos tipos de inclemencias meteorológicas, hay una que se está convirtiendo en un verdadero de cabeza para muchas personas: la calima. Se trata de un fenómeno que acumula polvo en suspensión en el aire. Visualmente, nos deja unos paisajes desérticos y un tono anaranjado espectacular, pero no es nada divertido cuando pasa y vemos que tenemos todos los exteriores de nuestra casa llenos de este polvo. ¿Cómo limpiar la calima? Necesitarás armarte de paciencia y dedicarle un buen rato, pero, al menos, no tendrás que usar productos muy específicos.
Cómo limpiar la calima: Qué necesitas y cómo hacerlo
Lo primero que te recomendamos es que cojas una escoba y un recogedor o un aspirador de bolsa (para que no obstruya los filtros) y trates de quitar los residuos más visibles, el polvo seco que seguro que se ha quedado en tu patio, tu terraza, tu fachada o tus ventanas después del paso de la calima.
Cuando quites lo más gordo, llega el momento de “blanquear” todo de nuevo. Y para ello, lo más sencillo es usar agua y una manguera, si es a presión mejor. Recuerda cerrar bien todas las puertas y ventanas para que el polvo no entre en casa. Tendrás que darle varios repasos hasta que finalmente luzca como si nunca hubiera habido calima.
Para las zonas más complicadas, te recomendamos añadir un chorrito de lavavajillas líquido en el agua con el que estés limpiando. Cuando ya luzca bien limpito, vuelve a repasarlo solo con agua, para aclarar la espuma o el efecto jabonoso que haya podido hacer.
Si en algunas zonas tienes que ayudarte con algún otro elemento físico, por ejemplo, en toldos, en las rendijas del aire acondicionado o en una mesa de tablas que no hayas cubierto antes del paso de la calima, puedes usar un cepillo de cerdas suaves para darle un repaso y llegar a las rendijas más escondidas.
Ya sabes cómo limpiar la calima. Ahora solo necesitas un buen rato para hacerla desaparecer por completo.
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