Hay ciertas tareas de la casa que dan todavía más pereza que otras, ¿verdad? Una de ellas es la de limpiar las persianas. Y no es porque seamos vagos, ¡para nada! Por su ubicación, suelen tener un acceso complicado, son difíciles de limpiar y se vuelven a ensuciar en unos días. Un latazo. Pero, si quieres saber cómo limpiar las persianas, hoy te vamos a explicar una fórmula súper fácil para que no te vuelva a dar pereza nunca más.
Limpiar las persianas con agua y jabón
Y es que no necesitarás ningún producto especial, ni dejarte el sueldo en el hipermercado comprando ciertos detergentes “milagrosos”. Basta con dos productos: agua y jabón. Tus persianas volverán a lucir como nuevas con este truco. ¡Apunta!
Prepara un pequeño barreño con agua templada y añádele un chorrito de jabón. Según el jabón que utilices, tendrás que echarle más o menos cantidad, pero lo importante es que haga espumita sin que se te vaya de las manos el tema. Cierra las persianas, coge un cepillo de cerdas suaves y dale una primera pasada al polvo superficial que tengan. Ahora, con un paño de microfibra, empápalo en el agua con jabón, estruja para eliminar el exceso de agua y dale una pasada a todas las persianas, en horizontal. Ve enjuagando cuando te haga falta. Cuando lo tengas listo, puedes coger otro paño de microfibra seco para secarlo todo bien.
Ya tienes la parte de dentro limpia, ¿cómo limpiamos la de fuera? Igual. Pero al ser exterior se puede complicar. Si tienes terraza o balcón, no hay problema, pero si no, lo más sencillo es que abras el cajetín de la parte de arriba, sube la persiana hasta arriba y extráela por ese cajetín con cuidado. Te quedará colgando hacia dentro, límpiala y vuelve a colocarla en su sitio.
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