El horno, como muchos otros electrodomésticos, es uno de los artefactos de uso diario que utilizamos continuamente y es normal que acumule suciedad e incluso malos olores. Sin embargo, con los trucos caseros que os proponemos a continuación en GizHogar, no tendréis que preocuparos de frotar a la hora de limpiar el horno para tener resultados rápidos y eficientes en cualquier modelo, ya sea el Balay 3HB5358B0 o el Orbegozo HO232.
¿Qué productos naturales son los más eficientes para limpiar el horno?
Sal
La sal es un producto que puede tener muchos más usos que servir simplemente de sazonador de nuestros alimentos. Es mucho más barato que otros productos de limpieza que llevan químicos que pueden ser tóxicos y también nos sirve para desinfectar y limpiar el horno. Mezclamos en un recipiente medio litro de agua con un puñado de sal y extendemos el preparado por las zonas del horno donde más suciedad se incrusta y donde haya más manchas de salpicaduras. Dejamos actuar la mezcla durante 20 minutos y lo limpiamos con un paño o esponja húmeda.
Después, para eliminar los olores desagradables que el preparado pueda dejar junto con el olor que desprende la suciedad al limpiarse, preparamos otra mezcla con vinagre blanco y sal. Una vez lista, cuando la sal se haya diluido por completo, metemos el preparado en un pulverizador y rociamos las paredes de nuestro electrodoméstico dejando que actúe durante 5 minutos. Por último, con la esponja o el paño húmedos, retiramos todos los restos que queden y nuestro horno lucirá como nuevo.
Limón
El limón es un producto antiséptico y eficaz contra las bacterias que ayuda a eliminar la grasa y los microorganismos acumulados en el horno. Además, su aroma agradable arrasa con los malos olores. Lo único que tenemos que hacer es exprimir el jugo de dos o tres limones en un recipiente y meterlo al horno durante treinta minutos a 250 grados. Cuando termine, lo retiramos y limpiamos las paredes con un trapo seco.
Bicarbonato de sodio
Con este producto podemos limpiar el horno de tres maneras. El primer método consiste en mezclarlo con vinagre de manzana y meter el preparado en un pulverizador. Rociamos la mezcla por las paredes del horno y lo cerramos durante diez minutos a 120 grados. Dejamos enfriar y retiramos los restos de suciedad con un paño húmedo.
Otra manera sería mezclar bicarbonato de sodio con agua y meter el preparado en un pulverizador, rociamos las paredes y lo dejamos actuar toda la noche. Al día siguiente retiramos los restos con un paño húmedo.
Por último, podemos mezclar una taza de bicarbonato con agua hasta que formemos una pasta. La extendemos por las paredes del horno con un esponja o paño y dejamos que actúa durante dos horas. Después, volvemos a retirar con un paño seco.