Tal vez eres muy joven para recordarlo, pero hace un tiempo era normal que viniera un comercial a casa y te engatusara para comprar enciclopedias, hacerte de socio de algún club o incluso adquirir un apartamento en Torrevieja. En 2018, se prohibió la contratación puerta a puerta de la luz y el gas, por mandato del ministerio de Transición Ecológica, a cargo de Teresa Ribera. Y aunque todavía pueden intentar venderte alarmas, cada vez se ve menos. España fue uno de los países pioneros en este tipo de medidas. Y menos mal. Yo lo he sufrido poco, pero es un auténtico latazo cuando un comercial invade tu espacio más privado para traer la teletienda a casa. Comprendo perfectamente que están haciendo su trabajo, pero para el consumidor puede llegar a ser un auténtico problema si su “persuasión” roza lo incómodo.
¿Y por qué te cuento todo esto? Porque esos comerciales a puerta fría se sustituyeron por call centers y el objetivo de estas empresas pasó a incitar a contratar por teléfono la luz y otros suministros como el gas, tal y como indica Cinco Días. Hasta ahora. Esta modalidad se encuentra también en vías de extinción.
Contratar por teléfono la luz y el gas: esto dice el Gobierno
El Reglamento General de Suministro y Contratación, actualmente en actualización y trámite, indica la prohibición “de que los comercializadores puedan realizar publicidad y contratación del suministro vía telefónica, salvo que exista una petición expresa por parte del consumidor o la llamada sea originada por su propia iniciativa”.
Esto se suma a la Ley General de Telecomunicaciones, la cual, en su artículo 66.1b ya impide recibir llamadas spam con fines comerciales. Sin embargo, no sé vosotros, pero yo sigo recibiendo estas comunicaciones. Esta ley tiene lagunas, las cuales se intentan solventar ahora con esta nueva regulación. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha solicitado una norma más estricta y esta ya está en camino. Los motivos que se alegan son la falta de transparencia y las prácticas comerciales engañosas y abusivas.
Las compañías suministradoras de energía, como luz o gas, pueden presentar sus alegaciones a este nuevo reglamento, pero es cuestión de tiempo que entre en vigor, aunque nos falte por ver los detalles finales y concretos, esta iniciativa ya está en marcha y dudo mucho que vaya a echarse atrás.
Al parecer, habrá algunas excepciones. Se podrá contratar por teléfono la luz y el gas si la llamada la ha hecho (o la ha solicitado) el usuario. A mí esto me parece que tiene ciertas lagunas, porque yo como consumidor puedo llamar para pedir información de una cosa, pero el comercial podría aprovechar la llamada para hacer una venta cruzada de otro asunto. En principio, se supone que se deberá grabar toda la llamada, desde el principio hasta el final, por lo que se debe incluir en ella toda la información precontractual que se ha ofrecido, los datos del usuario, etc. Pero no sé realmente si esta grabación se terminará usando como control o si caerá en el olvido y las prácticas abusivas pueden continuar.
No se ha confirmado la fecha en la que esto entrará en vigor, pero es cuestión de tiempo, incluso aunque el Reglamento aún esté en validación, parece una evolución lógica tal y como está avanzando el mercado.
En mi opinión, no debería haber excepciones y esto tendría que aplicar a todas las contrataciones
Que se prohiba contratar por teléfono la luz o el gas me parece una buena opción, sobre todo pensando en esos consumidores más mayores o más inexpertos que pueden caer en engaños y abusos. Sin embargo, no entiendo el por qué de esta limitación, por qué solo aplica a energéticas y no a compañías financieras, de telecomunicaciones, etc. De hecho, es algo que también están solicitando desde FACUA.
Estas medidas pueden cambiar el paradigma de la publicidad no solicitada (y en la mayor parte de los casos, también no deseada). ¿Se seguirán realizando, a pesar de lo que indique la normativa? No tengo pruebas pero tampoco dudas. Solo queda por ver cuáles son las sanciones, qué excepciones hay… y cómo las compañías buscan el vacío legal para seguir realizando su trabajo.
En este punto, me resulta especialmente interesante la petición del Gobierno de que las compañías implanten una figura del defensor eléctrico. De momento, es solo una recomendación, pero creo que sería necesario, teniendo en cuenta el histórico de las compañías de suministros y la indefensión que a veces sentimos como usuarios. Ante problemas en el servicio, en la facturación… se convierte casi en una misión imposible lograr que nuestros derechos como consumidores sean atendidos. Se necesita una protección integral, no solo para atender posibles fallos en la factura, también para comprender otras necesidades que a veces nos pueden afectar como usuarios.
De momento, esta figura del defensor eléctrico todavía no está disponible, pero espero que pronto comience a ser visible y de fácil acceso. Y no solo para compañías de suministros, también para otras como aseguradoras, finanzas, telecos… Yo me he sentido desprotegida en muchas ocasiones como usuaria, con una gran impotencia cuando las cosas no han marchado como debería y he tenido que conformarse “porque sí”.
Que no digo que tengan que avisarnos de cuáles son las horas más baratas de la luz, ni que nos den duros a cuatro pesetas, pero por lo menos cumplan con lo contratado, tanto en calidad como en cantidad, que no nos tomen por tontos y que, igual que nosotros cumplimos pagando nuestra cuota o no haciendo un uso indebido del servicio, que la otra parte también cumpla con lo pactado en la información precontractual.
No sé hasta qué punto las medidas como la imposibilidad de contratar por teléfono la luz o el gas vaya a mejorar el sector energético, sobre todo teniendo en cuenta que hoy en día vivimos en remoto, pero sí que es necesario controlar que desaparezcan las prácticas abusivas y engañosas. Que ya bastante hemos aguantado. ¿No crees?
