Nos hemos quejado mucho, muchísimo, de la obsolescencia programada, de la cultura del un solo uso, del impacto que nuestros equipos de electrónica está teniendo en el medio ambiente. Por fin, parece que estamos cogiendo un poco de conciencia acerca de este tema y también desde la legislación nos están echando una mano para que, como consumidores, podamos optar a productos mucho más sostenibles y duraderos, un impacto positivo en nuestros bolsillos y en el planeta. En esta línea, hoy te quiero hablar de la nueva directiva europea acerca del derecho a reparar y de las garantías para nuestros electrodomésticos. Un tema muy interesante y útil para que no te den gato por liebre.
¿Cómo está el tema de las garantías en España en 2024?
Desde el 1 de enero de 2022, todos los productos comprados a partir de esa fecha y en adelante tienen una garantía legal de 3 años, en lugar de los 2 años que disfrutaban hasta ese momento. Esto es en base a la Directiva Europea (UE) 2019/771 de 20 de mayo de 2019. En dicha Directiva se explican las condiciones que los consumidores deben cumplir, entre ellas, que se debe informar del fallo detectado en un plazo máximo de dos meses para poder acceder a esta garantía.
La reparación o sustitución de los bienes debe realizar “de forma gratuita”, “en un plazo razonable” y “sin inconvenientes significativos para el consumidor”. Además, la Directiva también añade que “cuando una reparación requiera la retirada de bienes que hayan sido instalados de forma coherente con su natura leza y finalidad antes de que se manifieste la falta de conformidad, o cuando se sustituyan los bienes, la obligación de reparar o sustituir los bienes incluirá la retirada de los bienes no conformes y la instalación de los bienes sustituidos o de los bienes reparados, o la asunción de los costes de dicha retirada e instalación”.
Llega el derecho a reparar, ¿qué implicaciones tiene?
Al margen de esta garantía legal de tres años, el Parlamento Europeo aprobó el pasado 23 de abril la Directiva sobre el Derecho a reparar, con 584 votos a favor, 3 en contra y 14 abstenciones. Hay que tener en cuenta que todavía tardará un poco en entrar en vigor, ya que existe un plazo de 24 meses para implantarlo en España. Se incluirá dentro de la Ley de Consumo Sostenible.
El objetivo de esta Directiva es permitir la reparación más sencilla de los productos después de que la garantía haya finalizado. Esto incluye electrodomésticos (lavadoras, secadoras, lavasecadoras, lavavajillas, aspiradoras y frigorífico), telefonía móvil (teléfonos móviles e inalámbricos, tablets y pantallas electrónicas), servidores y productos de almacenamiento de datos, equipos de soldadura, así como productos que contengan baterías de medios de transporte ligeros. Esperamos que esta lista crezca más adelante.
¿Cuáles serán las condiciones de este derecho a reparar? Si tienes un producto de las categorías mencionadas anteriormente y se estropea después de esos tres primeros años de garantía, el fabricante tendrá la obligación de repararlo, inclusive no podrán negarse a hacer en caso de que haya sido manipulado anteriormente (por ejemplo, si tú mismo has intentado arreglarlo o si lo has llevado a un servicio técnico no oficial). Además, deberán ofrecer piezas de repuesto y las herramientas necesarias a un precio razonable.
El fabricante también tendrá la obligación de ofrecer, de forma gratuita, el presupuesto sobre el precio de las reparaciones y las piezas/herramientas necesarias. Asimismo, en las primeras pinceladas de esta Directiva podemos leer que el usuario puede solicitar el préstamo de un dispositivo mientras el suyo está en reparación, aunque no tenemos más información sobre este tema y desconozco si habrá que pagar un extra por este servicio o si el fabricante se puede negar.
¿Me pueden negar el derecho a reparar?
El Parlamento Europeo también ha contemplado la posibilidad de que, llegado el caso, el producto se pueda considerar irreparable. En ese caso, no estará obligado a hacer la reparación si considera que no existe la posibilidad de hacerlo. Como alternativa, puede ofrecer la posibilidad de comprar el mismo producto reacondicionado, aunque esto quedará a discreción del fabricante y en ningún caso estará obligado a hacerlo.
Aquí puede darse el caso de que exista un pequeño resquicio legal y que aleguen condiciones y situaciones que no siempre se adapten a la realidad, ya que el criterio del fabricante puede ser bastante subjetivo. En todo caso, si el usuario considera que la negación a este derecho a reparar no está justificada, puede emprender acciones legales, pero todos sabemos que en la práctica son muy pocos los consumidores que se embarcan en un proceso judicial de este estilo, ya que no siempre compensa el trastorno mental, la pérdida de tiempo y también las implicaciones económicas que puede acarrear iniciar este tipo de acciones.
Se acabó la cultura del “usar y tirar”
No cabe duda que esta información es para aplaudir. Recuerdo hace unos años cuando la obsolescencia programada de los equipos era absurdamente descarada. Ahora, tengo la sensación de que los dispositivos vuelven a durar un poco más, algo que espero que aumente todavía más con esta nueva legislación sobre la mesa. A los fabricantes no les va a interesar volcarse con estas reparaciones, por lo que al final esto conducirá a productos más resistentes y duraderos. Además, el impacto ambiental es innegable, ya que no es lo mismo vender una pieza concreta que de nuevo un producto completo.
La cultura del usar y tirar está tocando a su fin. Por fin, aunque está siendo un camino muy largo, como consumidores también empezamos a ser más conscientes de esta necesidad, de que la sostenibilidad no es un capricho y que es un beneficio para todos: para el planeta, para nuestro bolsillo, para obtener mejores productos, incluso para nuestro tiempo libre.
Queda pendiente ver cómo se materializa finalmente esta Directiva y cómo se adapta a la legislación española. Recuerda que solo aplicará dentro de la Unión Europea, ya que son decisiones que llegan desde Bruselas.