España es un país con grandes diferencias térmicas entre sus distintas zonas geográficas pero también entre estaciones. Ciudades como Granada o Madrid son muy extremas en cuanto a clima: en verano el calor es casi asfixiante; en invierno, el frío no da tregua. Hay algunas personas que pueden pecar de vivir continuamente atado a la calefacción o al aire acondicionado, pero esto es un error, tanto si hablamos de consumo de energía como si lo hacemos de dinero. Y sobre todo: también puede llegar a ser un problema de salud. Dudas como si dormir con la calefacción encendida o si apagarla cuando salimos de casa un momento tienen más miga de lo que parece.
Hoy quiero ayudarte. Quiero contarte cuáles son mis trucos para estar calentita en casa sin depender de la calefacción continuamente y también he tirado de archivo y he estado leyendo qué dice la Organización Mundial de la Salud (OMS) o el Instituto para la Diversificación del Ahorro y la Energía (IDAE) si hablamos de calefacción. Coge un café, que vamos a hablar largo y tendido sobre esto.
Directrices sobre vivienda y salud: esto dice la OMS sobre la temperatura ideal en casa
Si me preguntas por temperatura, yo creo que hay una importante diferencia entre salud y comodidad. No es lo mismo estar saludable que estar en una situación de confort y creo que las diferencias entre ambas son evidentes. Por eso, si vamos a hablar de temperatura, hay que distinguir entre estos dos indicadores.
Como te decía, he tirado de archivo para ver qué dice la OMS sobre la temperatura saludable a la que debe estar mi casa y vale que yo soy muy friolera, pero esta vez tengo que decir que estaba en lo cierto. Team calor al poder: estar expuestos a temperaturas muy frías en casa puede comportar peligros para la salud.
“El aire frío inflama los pulmones e inhibe la circulación, lo que aumenta el riesgo de afecciones respiratorias, como las crisis o síntomas de asma, el empeoramiento de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y las infecciones pulmonares. El frío también provoca vasoconstricción, con el consiguiente estrés para el sistema circulatorio que puede provocar efectos cardiovasculares, como cardiopatía isquémica, enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular, hemorragia subaracnoidea y muerte”, apostilla la OMS [1].
Si hablamos de temperaturas concretas, en este mismo informe se apunta lo siguiente: “Cada vez disponemos de más evidencia de que las temperaturas frías en espacios interiores tienen consecuencias negativas para la salud. Las temperaturas interiores frías suelen ser una consecuencia de la temperatura exterior, las deficiencias estructurales, incluida la falta de aislamiento y estanqueidad, y la falta de calefacción […] No existe un riesgo demostrable para la salud de las personas sedentarias sanas cuya vivienda tiene una temperatura del aire de entre 18 y 24 °C“ [2].
Los peligros del frío no son ninguna broma y debemos protegernos bien contra él. No solo es una cuestión de hipotermia al estar en lugares con temperaturas muy extremas, también la exposición prolongada a temperaturas frías puede tener consecuencias a medio y largo plazo.
¿Es bueno dormir con la calefacción encendida?
Personalmente, si me preguntas por dormir con la calefacción encendida, prefiero recurrir a otros métodos. No soy muy amiga de abusar de los sistemas de climatización: el aire acondicionado me reseca la garganta, la calefacción me aletarga mucho… Seguro que a ti también te pasa o conoces a alguien que tiene estos u otros efectos. Por eso, intento no dormir con la calefacción encendida y solo lo hago en días muy, muy puntuales, esos dos días tontos del año en los que la temperatura es alarmantemente baja.
De entre el rango de temperaturas indicado por la OMS, para la noche es preferible estar más cerca del dato más bajo, es decir, a unos 18ºC es una buena temperatura para dormir. La clave está en la glándula pineal. Es la glándula encargada de generar la hormona melatonina u hormona del sueño. Para llevar a los niveles adecuados para descansar bien, necesitamos un ambiente de oscuridad y una bajada de la temperatura. Por eso, en invierno solemos dormir mucho mejor que en verano (hay menos luz solar, más frío… todo eso influye) [3].
Los estudios apuntan a que es mejor dormir con la calefacción apagada o, en el peor de los casos, configurada a temperaturas bajas. Muchos de nosotros hemos caído alguna vez en la tentación de poner la temperatura de la habitación del hotel a 28ºC, pero esto no es saludable. La producción de calor artificial puede afectar a la producción de melatonina, generar más cansancio cuando nos despertamos o incluso impedirnos concentrarnos bien durante el día.
¿Te va a pasar algo por dormir con la calefacción encendida? ¿Es tu placer culpable? Ok, no te vas a morir de la noche a la mañana. Puedes darte ese gusto si es lo que quieres, pero al menos ahora ya tienes la información sobre la mesa y puedes elegir con conocimiento de causa. Yo, mientras tanto, prefiero dormir con un buen nórdico y un pijama bien gordito, mucho más a gusto y más saludable. La calefacción la reservo para esas mañanas en las que al salir de la cama sí que hace mucho frío y la casa necesita aclimatarse un poco. De cualquier modo, nunca la dejo puesta 24 horas. El planeta y mi bolsillo también lo agradecen.
Y cuando salimos de casa, ¿apagamos la calefacción o la dejamos encendida?
En este caso, también parece haber consenso. El IDAE apunta esto: “El consejo de IDAE es ajustar el encendido de la calefacción al horario real de ocupación de las viviendas y apagarla por la noche […]. Como norma, apagar la calefacción por la noche y encender unos minutos al levantarse, es mucho mas eficiente que dejarla encendida toda la noche. Siempre que sea posible, se recomienda ajustar el termostato a 20-21ºC y utilizar ropa de abrigo para estar en casa, bajar las persianas por las noches para que no se fugue el calor y correr las cortinas para evitar el frío desde los cristales, es lo que técnicamente se denomina pared fría” [4].
Es decir, lo más interesante es apagar la calefacción por la noche y cuando no estás en ella, incluso si solo vas a bajar unos minutos al supermercado de la esquina a comprar la fruta que te falta para el desayuno de mañana. Parece que es un error pensar que apagar la calefacción y encenderla de nuevo consume más por volver a poner en marcha el engranaje. En cualquier caso, no parece que hay nada que pueda justificar que la dejemos puesta si no hay nadie en casa.
Además, añado un pensamiento que me suele rondar cuando salgo de casa y es que no me gusta dejar nada conectado ni funcionando. Vale, no es bueno ponerse tremendista, pero pueden pasar mil cosas. Imagínate que se te pierden las llaves, que te encuentras con alguien y tardas más de la cuenta en volver o cualquier otro contratiempo. Si no tienes la opción de apagar la calefacción en remoto (por ejemplo, si utilizas un aire acondicionado con bomba de calor y módulo WiFi), descarta la posibilidad de dejarla encendida si vas a salir de casa.
Mis trucos para estar más calentita en casa (y lo que dice el IDAE)
¿Sabías que con pequeños gestos puedes conseguir un hogar más eficiente energéticamente hablando? No necesitas mucho más que crear hábitos muy sencillos y que pueden marcar la diferencia.
Aprovecha las características de tu casa. Si todavía estás en fase de comprar, prioriza siempre aquellas viviendas que miran al sur, ya que las que miran hacia el norte son mucho más sombrías y frías. Si ya estás reformando, invierte en un buen sistema de aislamiento. Lo vas a agradecer a largo plazo, hazme caso.
Aparta de la cabeza esa idílica imagen de estar en diciembre en casa en manga corta. No tiene ningún sentido. Utiliza la ropa apropiada a la temperatura exterior. En verano, opta por tejidos más fresquitos para la ropa de casa y en invierno prioriza usar ropa de abrigo. No me refiero a que estés con bufanda y guantes dentro de casa, pero sí que uses pijamas calentitos y gorditos y ropa de estar por casa que abrigue. Yo desde que descubrí las prendas con tecnología Heattech de Uniqlo ya no uso otra cosa para estar por casa. Son cómodas, bonitas y súper calentitas.
Como ya te he adelantado, utilizo la calefacción solo en momentos puntuales. Nada de tenerla todo el día puesta sin ton ni son, ni mucho menos dormir con la calefacción encendida. No me resulta agradable, pero también me parece un gasto energético y económico innecesario. Es cierto que mi vivienda está bastante bien aislada y no es tan calurosa en verano ni tan fría en invierno y esto es algo que juega a mi favor, pero también sé que los pequeños trucos que sigo a diario me ayudan a conservar el calor cuando fuera hace más frío. Suelo poner un poquito de calefacción a primera hora de la mañana, para que temple un poco la casa y quite el frío de la noche. Además, solo subo las persianas cuando hay sol, ya que algo calienta y en cuanto se empieza a ir las bajo para que el relente de la noche no pegue contra el cristal y me enfríe el interior.
El tiempo de ventilación lo reduzco al máximo (en invierno ventilo apenas quince minutos) y lo hago en las horas centrales del día, cuando la temperatura exterior es más elevada.
También tengo bien selladas puertas y ventanas, para que no se cuele el frío por las rendijitas que dan al exterior. En tiendas tipo Leroy Merlín venden accesorios muy económicos que te ayudan con esto. Si puedes usar alfombras y cortinas gruesas, mejor que mejor. En mi caso, no tengo nada de esto, pero es una asignatura pendiente.
Sí que cuento con un aire acondicionado con bomba de calor y módulo WiFi en el salón. En el dormitorio tengo un sistema de calefacción más tradicional (me ha parecido feo decir que está anticuado) y echo en falta que tenga conectividad inalámbrica, ya que me parece interesantísimo poder apagarlo y encenderlo desde cualquier lugar. Además, no solo para esto, también tiene integrado un termostato con el que puedo ver esté en donde esté la temperatura de casa y la exterior y así comprobar si hay mucha variación y debo tomar cartas en el asunto. Si te interesa, también se venden termostatos independientes, que no necesitan de ningún tipo de instalación y nos dan info muy útil.
¿Cuál es el mejor sistema de calefacción para el hogar?
Esta es una pregunta que no tiene una única respuesta. Y es que depende de muchas cosas: el clima de tu ciudad, el aislamiento de tu vivienda, el mantenimiento que puedas asumir… En España, las calderas de gas mediante radiadores es el sistema más extendido, pero necesita una instalación y una cuota mensual en concepto de gas. También puede disfrutarse mediante suelo radiante, una opción más cara pero muy gustosita.
Las estufas las tienes de diferentes tipo: de pellet, de bioetanol, eléctricas… También puedes calentar mediante aerotermia, geotermia o con la opción que te he comentado que tengo yo en el salón, un split del aire acondicionado con bomba de calor, solo recomendable si vas a calentar la casa a ratitos. El tema de los calefactores portátiles es una opción interesante para pequeñas estancias, como el cuarto de baño solo para el momento de la ducha, ya que te calientan muy rápido la habitación, pero también es un tipo de calor que se pierde muy rápidamente.
Si estás buscando el mejor sistema de calefacción para tu hogar, te recomiendo que preguntes a tus vecinos para ver qué les está funcionando mejor a ellos y por supuesto a un especialista en este campo, para que te informe de las novedades en este terreno y podáis valorar juntos cuál es la mejor opción en función del presupuesto y las características de tu hogar.
Como ves, más allá de si dormir con la calefacción encendida o no, hay muchas otras preguntas que te puedes hacer para gozar de un sistema de climatización eficiente, saludable y económico.
Referencias:
[1] y [2] Consecuencias del frío y temperatura ideal