En la cocina hay tantos trucos como formas de preparar los alimentos. O como diría el refranero español: cada maestrillo tiene su librillo. Si alguna vez has escuchado a alguien decir que cocinar con papel de aluminio es la mejor opción, hoy te contamos en qué casos se va a convertir en un buen aliado o cuando no deberías optar por esto.
Cómo cocinar con papel de aluminio: en qué casos es una buena opción
El papel de aluminio, también llamado papel Albal de forma coloquial, no solo sirve para envolver nuestros alimentos y transportarlos, por ejemplo, cuando nos queremos llevar un bocata para el recreo en el cole. También es posible cocinar con papel de aluminio. Tal vez lo has escuchado bajo el nombre de una técnica concreta: papillote.
El papillote, consiste en envolver los alimentos en papel de aluminio antes de introducirlos al horno. Una vez que termine el tiempo de la receta, los sacamos y los podemos conservar aquí durante un ratito más. Con esto, podremos cocinar carnes, pescados o verduras, principalmente. Su sabor será más especial, ya que se cocinarán en su propio vapor y jugos, y además, tendremos menos riesgo de que se quemen. Es similar a las recetas que hacemos con los moldes de silicona, por ejemplo, la que hicimos de patatas en el microondas con un estuche Lékué.
Además, muchas personas también indican que es muy buena opción para hacer hamburguesas caseras, ya que al envolverlas después de que haya terminado el cocinado, la carne y el pan adquieren un sabor más auténtico.
Cuándo no debemos utilizarlo
Si quieres saber en qué ocasiones no es recomendable esta técnica de cocinar con papel de aluminio, te diremos que principalmente en aquellos casos en los que queremos gratinar o tostar. Por ejemplo, si queremos hacer una lasaña, no es recomendable, ya que quedaría con efecto cocido y no llegaría a tener la textura crujiente del queso que tanto nos gusta. Tampoco te lo recomendamos si queremos hacer patatas fritas.