Hace unos días te hablamos de la receta de las torrijas al microondas. Una forma muy sencilla de preparar este postre típico de Semana Santa. Pero si quieres tirar por el camino más tradicional, hoy te contamos cómo es la receta de las torrijas de leche, las de toda la vida.
Ingredientes de las torrijas de leche
Para preparar una buena fuente de torrijas vamos a necesitar estos ingredientes:
- 650 ml de leche
- 100 gramos de azúcar
- 3 huevos
- 1 barra de pan duro (puede ser del día anterior)
- 1 rama de canela
- Canela en polvo
- AOVE
Elaboración de la receta de las torrijas
Para prepararlas, apenas necesitaremos 20 minutos de tiempo. Es una receta bastante rápida y muy fácil de hacer, por lo que incluso si no tienes mucha destreza en la cocina te saldrán ricas. Además, como has visto en los ingredientes, también es económica y sale bastante cantidad.
Vamos con el paso a paso de la receta de las torrijas tradicionales:
- En primer lugar ponemos a hervir la leche, la rama de canela y el azúcar.
- Mientras, cortamos la barra de pan en rebanadas. Lo ideal es que tenga dos dedos de grosor aproximadamente.
- Cuando la leche rompa a hervir, la retiramos del fuego y la pasamos a una fuente o plato hondo, donde quepa todo bien.
- En otro plato, batimos los tres huevos.
- Ya todos los ingredientes preparados, ahora tenemos que pasar el pan por ellos y a la sartén o freidora. Mojamos cada rebanada de pan en la leche, hasta que estén blanditas pero sin que se rompan. Después las pasamos por el huevo y finalmente las ponemos a freír.
- Les damos la vuelta cuando ya estén doraditas por un lado. Repetimos el proceso con todas las rebanadas de pan.
- Para sacarlas de la sartén, basta con ponerlas en un plato con papel de cocina para que escurra el aceite y las coronamos con un poco de canela y otro poco de azúcar. Dejamos que templen o enfríen, como más te gusten, ¡y a disfrutar!
Consejos para que salga perfecto
El truco de unas buenas torrijas es que el pan no se rompa a la hora de freírlo. Para ello, tienes que controlar bien el tiempo que lo empapas en la leche. Presta atención a este punto y no esperes demasiado a sacarlas. Debe empapar bien para que no se queden duras, que las veas blanditas pero que no se rompan solo con mirarlas.